LE ESTÁN CUIDANDO EL
PIPÍ A LOS AGENTES DEL
SERVICIO SECRETO.
Por
Julio Soto Angurel
Hay una noticia que aparece publicada en el diario digital de La Voz de
América que habla que las nuevas
reglas de conducta en el Servicio Secreto serían aún más estrictas tras el
escándalo de varios de sus agentes con prostitutas en Colombia.
Estamos en presencia ante una tremenda y
demoledora ofensiva contra ese cuerpo que le brinda apoyo al resguardo y
salvación de la vida del Presidente de los Estados Unidos de América.
Todos sabemos que lo normal sería
esperar un ataque armado contra ese cuerpo de seguridad; pero el ataque este, no
fue para disminuirlo físicamente liquidando a tiros a sus integrantes, el ataque
se hizo pero, desmoralizando la integridad de sus miembros.
El ataque fue moral, no fue a tiros.
Parece que quieren reconfigurar por
alguna conveniencia política la presidencia de los Estados Unidos.
Atacar al Servicio Secreto es atacar
también a la presidencia de los Estados Unidos de América.
No se trata tanto de atacar al
presidente, sino de atacar a la institución presidencial.
Los integrantes del Servicio Secreto,
son matones altamente especializados y son tipos machistas que hacen gala de su
hombría.
Yo no creo que todo esto se destapó por
la queja de una muchacha que no recibió los honorarios de su trabajo.
A esto en inglés le llaman un Set Up,
que en español cubano es Una Cama. Al Servicio Secreto le tendieron una celada,
le hicieron un Set Up, le tendieron una cama.
Hablar de moral en estas cuestiones es
burlarse y divertirse con la gente común que es a quienes único se la aplican.
El tercer presidente de lo que queda de
esta gran república norteamericana fue Thomas Jefferson, dicen las malas
lenguas que Jefferson se acostaba con una negra esclava favorita y que tuvo
hijos con la misma.
Luego entonces, si los próceres más
respetados de Estados Unidos, le ponían los cuernos a sus esposas, no ya con
mujeres blancas, sino con negras y que además eran esclavas, ¿es concebible que
una partida de tipos violentos, que están manejando las estructuras de la
seguridad de este país, quieran tratar como señoritas vírgenes quinceañeras a
este grupo de matarifes que se visten de negro y con espejuelos oscuros?
No, esto no puede ser. Algo anda podrido
y sucio por ahí.
Como dicen los americanos, esto huele a
rata.
Dice la noticia en cuestión que:
“De acuerdo con la fuente, las nuevas
normas de disciplina establecen que no serán tolerados excesos con bebidas
alcohólicas, ni se permitirán la visita de personas extrañas a las habitaciones
donde los agentes se encuentren hospedados, ni tampoco que estos acudan a
sitios de “mala reputación”.
¿Están procesando esto? ─¡Las niñas matonas y asesinas, no pueden ir
a sitios de mala reputación!─.
Que tremenda desprestigiada le están
dando a estos hombres, los están poniendo al nivel del hazme reír de todo el
mundo.
Pero hay una noticia relacionada con
este tema publicada por la misma Voz de América, que dice:
“Un subcontratista que supuestamente
apoyaba el equipo de avanzada, dijo que los agentes incluso se jactaban que
eran miembros del Servicio Secreto de Obama, para sacar conversación a las
bailarinas exóticas del club”.
Ya hay otra cosa, parece que el Servicio
Secreto acude a las compañías privadas de seguridad, para darle apoyo a estas
operaciones, pero, como una operación de seguridad, es un negocio que deja
dinero, los subcontratistas, que parece que quieren llevarse todo el contrato,
le clavan la puñalada por la espalda a los miembros del Servicio Secreto para
llevarse ellos toda la tajada.
Bueno, se trata de una cuestión de
negocios y al final los subcontratistas como personas, no son muy diferentes de
los matones del Servicio Secreto.
Pero hay algo muy cierto, los
subcontratistas, no son la institución nacional. La presidencia de Estados
Unidos es una institución nacional y la vida y estabilidad de la institución
son los hombres que la custodian y esos hombres son como son y como han sido
siempre.
Les aseguro que si hay alguna célula de
Al Qaeda o de Hizbullah buscando a un miembro del Servicio Secreto para tomarlo prisionero ¿adonde creen ustedes que
lo van a ir a buscar? ¿a los conventos
de las monjitas Misioneras de la Caridad de la Santa Madre Teresa de Calcuta?.
No, señores no. ¿Dónde buscarlos? Pues en los burdeles, en las barras donde
están las muchachas casquivanas y alegres que bailan el Can Can.
¿Qué de malo tiene eso? Si los
presidentes van también ahí. Todos van a esos lugares.
¿Se creen ustedes que a los miembros del
Servicio Secreto les preocupa que los anden buscando por los burdeles para
tomarlos prisioneros? ¿Se creen ustedes que eso les quita el sueño? ¿Creen
ustedes que eso los pone impotentes sexualmente hablando?
Lo que pasa es que quieren reconfigurar
la presidencia de Estados Unidos, porque hay una conspiración para destruir a
los Estados Unidos.
De lo que el gran Thomas Jefferson soñó
a Estados Unidos como un imperio de la libertad y la democracia, no queda casi
nada.
El Servicio Secreto está penetrado por
conspiradores y hay que sacar del medio a funcionarios que son un estorbo para
los planes de destruir a Estados Unidos.
El Servicio Secreto está infiltrado por
enemigos que necesitan debilitarlo y reconfigurarlo para debilitar la
institución presidencial y es menester desprestigiar y desmoralizar a los
miembros del Servicio Secreto que son bravos combatientes imbuídos del espíritu
de los guerreros que han hecho a este país desde que se fajaban con los indios
en el lejano oeste, en las batallas de la
guera civil, Inchón, Okinawa,
Tarawa, en la ofensiva del Tet, Fallujah, etc.
Y por eso vuelvo a repetir mis
impresiones producto de mis propias experiencias publicadas anteriormente
acerca de la regulación y el uso del sexo a los norteamericanos.
“Teniendo
la experiencia de lo ocurrido en Cuba, si en Estados Unidos le están
controlando el uso del sexo a los miembros del Servicio Secreto, también le
controlan el sexo a las esposas de los miembros del Servicio Secreto.
Si por
conveniencias de los intereses de los dueños de estos combatientes les conviene
dirigirlos hacia otras mujeres, en su momento también usarán a las esposas de
estos para usarlas con otros hombres si esto les conviene.
En Cuba todas las
familias están penetradas, no hay un hombre que se atreva a decirle a su
oficial manejador que no está dispuesto a acostarse con otra mujer que no es su
esposa o con otro hombre si esto viene al caso.
En Cuba la
Seguridad del Estado regula el uso de amantes con los cónyuges para controlar y
comprobar sus verdaderas lealtades a la camarilla gobernante.
De esta misma
forma si la Seguridad del Estado le dice a una mujer casada que necesita que se
vaya a la cama con otro hombre u otra mujer, ninguna se va a negar.
La razón de estas
aceptaciones, es porque son esclavos completos.
En los países
como Cuba donde se practica la esclavitud sobre las personas, dividir y romper
el respeto de los cónyuges entre si y con sus familias es importante para
debilitar y deshacer la unidad familiar.
La posesión total
sobre un hombre o una mujer no se concluye mientras no se le dirige y controla
su sexo.
El control, uso y
dominación de los sexos de las personas lo vienen haciendo las iglesias y las
religiones desde hace mucho tiempo.
Una vez que una
organización de cualquier índole, controla y domina el sexo de sus miembros, ya lo tiene esclavizado o
esclavizada completamente.
Yo vivía solo en
un apartamento en la ciudad de La Habana y me ocurrió varias veces solicitarle
sexo a algunas muchachas y estas me respondieron que antes tenían que pedirles
permiso a sus mandos.
Incluso en los
días en que me disponía a irme al exilio político, obligado por el gobierno
anexionista de mi isla, hablé con una amiga mía casada y le pedí sexo y su
respuesta fue que primero tenía que pedirle la autorización de su oficial
operativo.
Este hecho de que
por orden del gobierno, los mandos de los agentes del Servicio Secreto
norteamericano y de algunos miembros de las Fuerzas Armadas, se estén
entrometiendo en regular el uso de sus
penes, da la medida de que no se les respeta como hombres, que los
consideran no combatientes, sino esclavos a los cuales se les controlan sus
cuerpos.
Y repito, si le
controlan el pene a esos hombres, también le controlan la vagina a sus esposas.
De los Estados
Unidos de América como tierra de libertad, democracia y sitio para vivir los
hombres y mujeres libres de esta república, cada vez queda menos.
Ningún miembro de
las Fuerzas Armadas, ni del Servicio Secreto, ni de ningún miembro del gobierno
norteamericano ni ningún civil, debe permitirle que sus mandos les regulen y
controlen el uso que hacen de sus sexos y de sus vidas que no sean
estrictamente las de sus trabajos o funciones profesionales.”
Respetuosamente:
Julio Soto
Angurel jusoan1@hotmail.com
Domingo 29 de
abril de 2012.
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