EL CLERO Y LA REVOLUCIÓN
CUBANA
Un pequeño fragmento de la
investigación escrita por el historiador
Francisco González del Valle
Por
Julio Soto Angurel
A modo de epílogo en su extraordinaria investigación histórica titulada EL
CLERO Y LA REVOLUCIÓN CUBANA, el historiador y padre de la investigación
histórica don Francisco González del Valle, insertó estos extraordinarios
párrafos al final de su obra, que a continuación copio para que sean conocidos.
“Porque no es cierto que el sacerdote católico-romano tenga por patria el
mundo y por única madre la Iglesia; él es un ciudadano como otro cualquiera,
que ama a su familia y el paí en que nació, y cuyos intereses defiende en
primer término porque la existencia de una iglesia y de un clero universales es
una idea forjada en las soledades del Vaticano, que los hechos han destruido
por completo; pues hay iglesias locales, con intereses propios, particulares, distintos
y contrarios muchas veces a los de Roma, pero que ésta atiende, casi siempre,
para evitarse conflictos que puedan mermar su autoridad y respeto. Porque el
sacerdote o ministro, cualquiera que sea el credo religiosos en que milite, ama
su patria antes que su iglesia, y obedece a Roma si ésta defiende o protege sus
intereses nacionales. Porque el sentimiento de la patria es más fuerte, más
vital, tiene una raigambre más profunda en la naturaleza humana, que el
sentimiento religioso; lo que hace que éste no pueda ser divorciado de aquél; y
si se pretende, el primero reclama sus fueros, se impone.
La actitud adoptada por la Iglesia española, aplaudida y aprobada por el
Papa, durante nuestra última guerra de independencia, ¿no es una prueba de que
Roma sigue la conducta que los gobiernos políticos de las naciones señalan a
sus respectivas iglesias y súbditos? Por ser Cuba, entonces una colonia y no
tener gobierno propio, el Sumo Pontífice no se creyó en el deber de protestar,
siquiera, de las medidas inhumanas que la católica España tomó para exterminar
a los cubanos; de condenar, mandándole al índice,
el libro en que un sacerdote español, Pbro. Juan Bautista Casas, prescribía mejores medios que los de Weyler para
acabar pronto la guerra separatista; de oponerse a que los templos de la Isla
fueran convertidos en cuarteles y fuertes; de suspender o inhabilitar, de
acuerdo con el derecho canónico y la doctrina cristiana, a los sacerdotes
españoles peninsulares que pelearon con las armas en la mano y mataron cubanos,
obteniendo por ellos cruces y honores militares; de enviar, en fin, una dádiva
tan solo, para aliviar la miseria de los pacíficos habitantes de Cuba que
morían de hambre, en los pueblos y ciudades, en virtud del decreto de
Reconcentración.
Pero hoy no hay pretexto alguno que aducir; ya es tiempo de que la Iglesia
católica de Cuba deje de ser española; de que su clero y sus prelados estén
identificados con nuestra historia y sientan amor por la Patria; y de pedirle,
y hasta exigirle a Roma ─que no nos ha querido oír todavía─, que la Iglesia de
Cuba se constituya de acuerdo con las conveniencias y los intereses políticos y
sociales de la República.”
Francisco González del Valle.
Cuba Contemporánea. La Habana, 27 de junio de 1918. Tomo 18, No. 2, Oct.
1918.
Hasta aquí este pequeño pero dramático y aleccionador documento que muestra
lo anticubana, colonialista y esclavista que fue la Iglesia Católica que
oprimía, sojuzgaba manipulaba y sometía a las masas cubanas.
Francisco González del Valle brinda con detalles listas tal vez no del todo
completas de curas españoles y cubanos que eran rabiosamente colonialistas y
que apoyaban a la Corona Española muchos de ellos con las armas en la mano.
Hubo muchos sacerdotes católicos de horca y cuchillo contra los
combatientes independentistas cubanos.
Tuvimos curas católicos cubanos y también pastores protestantes que
ayudaron con una gran lealtad y
desinterés enorme, la causa de la emancipación y la libertad de nuestra isla
del yugo español.
Por eso a modo de tributo quiero nombrar solo a tres sacerdotes en
representación de los otros que iré mencionando poco a poco en otros relatos de
esta investigación histórica que espero no me desaparezcan, para rendirle mi
apoyo e inmenso respeto a hombres de gran calibre que con su ejecutoria y
sacrificio de cubanos patriotas y religiosos lo dieron todo por una Cuba, que
perdemos definitivamente, porque los imperios regresaron para retomarla el
primero de enero de 1959 poniendo a sus agentes encubiertos y me refiero a la
familia de los Castro Ruz y todo su grupo de apoyo.
Padre Ricardo de Arteaga y
Montejo, extraordinario
patriota. Fue tio del Cardenal Manuel Arteaga (otra cosa).
Padre Diego José Batista que fue el cura de Bayamo mi pueblo
natal. Le brindó un Te Deum majestuoso a Carlos Manuel de Céspedes y bendijo la
bandera libertadora de Bayamo. Fue inmediatamente denunciado, los españoles lo
metieron preso y lo llevaron para la ciudad de Santiago de cuba muriendo en
confinamiento el 14 de febrero de 1876 privado de todo y hambriento.
Padre Manuel José Dobal y
García, insigne patriota
que propuso la separación de la Iglesia cubana de Roma. Tengo su foto publicada
en mi muro de Facebook.
Gloria eterna y respeto a ellos.
Respetuosamente:
Julio Soto Angurel jusoan1@hotmail.com
Jueves 15 de marzo de 2012.
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