miércoles, 21 de septiembre de 2011

SOBRE AGENTES, OPOSITORES Y LAS LADIES IN WHITE. Por Julio Soto Angurel.


SOBRE AGENTES, OPOSITORES Y LAS

LADIES IN WHITE

Por

Julio Soto Angurel

Fue cuando yo estudiaba el segundo año de bachillerato en los finales de la década de los 50, que escuché hablar por primera vez acerca del elevado espíritu de sacrificio que tienen los agentes secretos.

Recibía mis clases de historia de un profesor muy estimado por mi, el Dr. Elio Leyva.

El doctor Leyva me reconoció en clases ante mis condiscípulos mi calidad de alumno, e incluso mandó a buscar a mis familiares y me distinguió ante ellos. Fui un discípulo distinguido del Dr. Elio Leyva en la asignatura de Historia.

Él nos hizo una vez una anécdota que se quedó para siempre en mi memoria pero yo no pude comprender en ese momento el alcance de la misma:

En la antigüedad los ejércitos asirios trataban de tomar una ciudad sin conseguirlo. Un día se presentó ante los muros de defensa de la ciudad sitiada una oficial del ejército sitiador que venía severamente mutilado por haber sido castigado por su mando. Este oficial era un desertor y trataba de pasarse al bando contrario.

Le recibieron y como venía tan mutilado y castigado creyeron en el mismo y le aceptaron, este hombre que tenía experiencia militar se movía en la ciudad, en sus fortificaciones, en sus defensas y conoció todos los puntos débiles de la misma.

En cuanto tuvo una oportunidad, regresó de nuevo a su anterior grupo, contó todo lo que había visto, se hizo un ataque definitivo y la ciudad sitiada fue tomada.

El supuesto desafecto era en realidad un agente infiltrado que aceptó mutilarse para hacer creíble su historia.

Años más tarde, yo trabajaba en la ciudad de La Habana con un oficial muy famoso de la policía de investigaciones criminales, llamado Arsenio Saavedra Candelario en la lucha contra las drogas y el delito y de vez en cuando, capturábamos en algunas de las operaciones contra los delincuentes alguno que otro personaje, que en el momento de atraparlo nos pedía con disimulo que lo golpeáramos, que les diéramos golpes delante de todos. Ahí nos dábamos cuenta que nos enfrentábamos a uno de los agentes encubiertos de Saavedra.

Los agentes, para hacer creíble su historia ante los demás que le observaban solicitaban ser castigados para que sus compinches delincuentes, creyeran en él.

Años más tarde cuando me encontraba preso por mis actividades políticas solía observar distraídamente, las golpizas que los guardias suministraban a algún preso, más adelante sabía observar cuando los guardias que hacían los trabajos operativos, se acercaban adecuadamente al preso castigado con las golpizas y recibían de este la información que necesitaban.

Siempre un agente encubierto en función, que se está infiltrando o que ya lo está, necesita disipar las dudas sobre si, recibiendo algún castigo o quebranto como acto de bona fide, que haga valedera su historia de desafecto, adversario, contrario a las autoridades o al grupo a quienes enfrenta o de quienes recibe persecución, castigo y represión.

Esa es la razón del porqué los oficiales de contrainteligencia jamás le creen a ningún quebrantado, torturado, mutilado, golpeado, acosado o preso por muchos años, en la veracidad de su historia, porque nunca se sabe cuales son sus verdaderas intenciones.

El juego político lleva intrínseco, un gran por ciento de conspiración, las conspiraciones se basan en lo secreto y lo clandestino y la base operacional de ese juego es el fraude, el engaño y la mentira.

Cuando un combatiente militar o político nos presenta una vida de acoso y quebrantos, eso brinda una fiabilidad o prestigio político relativo pero no se le descarta nunca que sea un agente enemigo infiltrado o que se está infiltrando.

Por eso es que existen los cuerpos de contrainteligencia, contraespionaje y de inteligencia, para saber quien engaña y quien traiciona entre otras cosas.

En el caso de Cuba con el gobierno de los hermanos Fidel y Raúl Castro Ruz, que es un clásico ejemplo de conspiración a largo plazo, resolvieron ese problema infiltrando en su totalidad, los principales cuadros que se habrían de dedicar a la contrainteligencia y al contraespionaje. Todos son conspiradores reales y se deben a una causa.

La causa de destruir a Cuba como estado-nación, destruirla como república y llevarla a la condición de colonia esta vez de Estados Unidos de América que en realidad es nuestra nueva metrópolis.

En la política siempre tiene que haber un objetivo. La política siempre tiene objetivos a alcanzar para hacer válido el agarre o dominio de la lucha por el poder; para alcanzarlo y además, mantenerlo.

El juego político siempre es de exclusión, no se acepta el segundo lugar como válido.

O se tiene el primer lugar, que significa que tienes el poder o simplemente no eres nadie.

Quiero hacer, un poco de historia de Cuba, contando hechos de cómo se alcanzó la victoria sobre las armas españolas.

Todo lo que nos ocurre en Cuba actualmente en septiembre del 2011 mientras escribo estas líneas en Estados Unidos de América, con el gobierno de los hermanos Fidel y Raúl Castro Ruz y su grupo, reafirmo que tienen su origen en las luchas cubanas por la independencia contra el coloniaje del imperio español, la Iglesia Católica y el imperio norteamericano que nacía en los finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX.

Tomo un fragmento del libro de historia “La Guerra libertadora cubana de los treinta años 1868 – 1898. Razón de su victoria” del historiador Emilio Roig de Leuchsenring. Editado en la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, 1952.

En sus páginas 69 y 70 dice:

“Y como contraste conoció el cubano blanco, en carne propia, hasta que límites extremos de inhumanidad podía llegar el despotismo del régimen colonial español, de que ya había sido y era víctima el cubano negro.

En efecto: la población de la Isla sufrió el más cruento martirio a manos de la reacción española contra la Revolución del 68, (1868) con su política de guerra de exterminio decretada por los capitanes generales Lersundi y Dulce y puesta en práctica, de manera salvajemente brutal por el Conde de Valmaseda y su segundo, el que había de ser tristemente célebre Valeriano Weyler; prisiones y destierros en masa; el bando de piratería dictado por el general Dulce; los asesinatos y fusilamientos de prisioneros de guerra y simples sospechosos de conspiración; los crímenes cometidos contra mujeres y parientes de revolucionarios, como las hermanas Mora y sus hijos menores, la esposa de Salomé Marrero, la familia del coronel Juan Cintra, las mujeres y niños bayoneteados en Bijagual, la hermana del teniente José Torres, las cuatro hermanas Camilo, la esposa y el hijo del Capitán Guevara, las cinco hermanas Mariño y el anciano que las acompañaba en los campos de Bayamo, la mujer y la hija del subprefecto Andrés Gamboa, la hermana de Cristóbal Rodríguez, María Rivero y Luisa Borrero y los dos hijos de ésta, las treinta mujeres y niñas violadas y asesinadas en los campos y montes de Jiguaní, las cuarenta mujeres fusiladas en Cauto del Paso, las mujeres hechas prisioneras en Jagüey del Cabaniguán el 4 de octubre de 1871, entre las que se encontraba Herminia Palma, despojada de sus ropas, azotadas a latigazos y violadas en la marcha a Tunas por la guerrilla Cazadores de Valmaseda, que mandaba Weyler, provocando este hecho horrendo la noble protesta del general español Morales de los Ríos…

Ese martirologio cubano abrió un abismo infranqueable entre la metrópoli y la colonia, abismo que hicieron aún más inmensamente ancho y profundo, si era posible, los cuerpos de voluntarios, calificados por un español contemporáneo, conservador y católico Ángel Osorio, de verdaderos grupos de criminales, sostenidos por los ricos patrioteros españoles, que han sido siempre los verdaderos causantes de las injusticias padecidas por los cubanos; autores e inductores, entre otros miles y miles de crímenes, del fusilamiento, el 27 de noviembre de 1871, de los ocho inocentes estudiantes de medicina de la Universidad de La Habana.

La guerra libertadora, iniciada en La Demajagua el 10 de octubre de 1868, costó a España, según el capitán general Joaquín Jovellar más de 140,000 hombres y 700 millones de pesos, y a pesar y a pesar de las divisiones existentes en el campo cubano, duró diez años y no pudo ser terminada por la fuerza de las armas, sino por un pacto, concertado no por todos, sino con algunos de los jefes del Ejército Libertador, por el capitán general español Martínez Campos, en el Zanjón, el 10 de febrero de 1878.”

De estas lecturas, que consideramos válidas obtenemos que la población civil y sobre todo la población femenina y la infantil recibía el máximo de castigos físicos y la muerte.

Eso si era una represión real, represión que refrenda el historiador John Lawrence Tone en su libro “Guerra y Genocidio en Cuba 1895-1898 en su edición en español de la Editorial Turner Publications S.L. febrero del 2008, en que dice en las páginas 248 y 249 refiriéndose a la situación creada en el período de la guerra que comenzó en el 1895 en que ya habían muerto José Martí en el año del comienzo de la guerra, y Antonio Maceo en 1896:

“La dolorosa situación de la insurgencia y la pena personal de Gómez ayudan a explicar las cartas que envió al presidente estadounidense en la primavera de 1897, solicitando la intervención norteamericana. No está claro si Gómez deseaba o no la intervención estadounidense en ese momento, pero las cartas sin duda reflejan cierto grado de desesperación por parte del general. El cruel y sanguinario Weyler había destruido la Cuba occidental, escribía Gómez, y ahora se dirigía al este para «esparcir el crimen y la desolación por todas partes, asesinando a los civiles en sus hogares, matando niños, persiguiendo y violando mujeres después de destruir cada casa que se encuentran en su camino». Esto era lo que Weyler llamaba pacificación, y era lo que cabía de esperar de un pueblo «que expulsó a los judíos y a los moros; que instituyó la terrible inquisición; que estableció el tribunal de sangre en los Países Bajos; que aniquiló y exterminó a los indios pobladores» de América. Los españoles en Cuba eran, si acaso, peores, porque habían experimentado «una especie de degeneración psicológica» que les había hecho «retroceder siglos en la escala de la civilización humana». Gómez admitía que para los insurgentes se había hecho «de todo punto imposible evitar esos actos de vandalismo». Estados Unidos, «que tan alto sostiene el estandarte de la civilización», tenía que hacer algo. Los estadounidenses eran los líderes de Occidente y no debían tolerar por más tiempo los fríos y sistemáticos asesinatos» de los indefensos cubanos. Si permitían que la guerra continuase, predecía Gómez, era posible que «la historia les impute participación en estas atrocidades»

Quiero aclarar para quienes me leen que el historiador John Lawrence Tone cuando menciona a Gómez se refiere al general Máximo Gómez Báez jefe máximo de las tropas independentistas cubanas el cual escribió una carta a los presidentes Cleveland el 9 de febrero de 1897 y a McKinley, el 1 de marzo de 1897, según consta en el Archivo General Militar de Madrid y en la Sección Capitanía General de Cuba, legajo. 136 y que también aparece publicada en idioma inglés en el libro “Máximo Gómez, ¿caudillo o dictador? de Florencio García Cisneros. Librería & Distribuidora Universal Miami en las páginas 183-185.

Siempre tal y como se leen en este documento, fue una política bien establecida y pensada del mando español, la represión y los castigos contra la población civil de mujeres y niños desarmados.

Esta era una forma de contener a los hombres y mujeres alzados en armas para pacificarlos.

Pero a pesar de todo esto, los hombres comprometidos en la guerra continuaban en la lucha. Los hombres daban la cara a los españoles y defendían a sus mujeres.

En cualquier país del mundo, cuando existe alguna forma de luchas de clases, las mujeres y los niños que se encuentran residiendo en el área de un conflicto, reciben el peso del castigo y la represión, de alguna de las partes en pugna y muchas veces de todas las partes en pugna.

Invariablemente, las mujeres y los niños son un blanco predilecto de los combatientes de todos los bandos. Así ha sido, así es, así será.

Quiero traer algo de lo nunca se habla, jamás nadie lo menciona y que a pesar de estar callado ha existido.

Se trata del fusilamiento de mujeres por razones políticas en la Cuba de los hermanos presidentes Fidel y Raúl Castro Ruz.

Tomo del sitio www.cubaarchive.org que dirige doña María Werlau info@CubaArchive.org . Esta información está incompleta, por el secreto con que la tiranía de los hermanos Fidel y Raúl Castro Ruz tratan el trema.

Entrando en el sitio Web mencionado pongan en el buscador: víctimas femeninas y obtienen un PDF del cual extraigo esta relación parcial, de mujeres fusiladas solamente:

Juana María Díaz. Edad 25. 17 de Mayo del 1961. Prisión Nacional de Mujeres de Guanajay, provincia de Pinar del Río.

Obdulia Duarez Suárez. Edad 19 . 22 de Abril del 1975. Fortaleza de la Cabaña, ciudad de La Habana.

Luisa María Escobar. 7 de Octubre de 1962. Victoria de la Tunas, provincia de Oriente.

Amelia Fernández García. 17 de marzo del 1961. Fortaleza de la Cabaña, ciudad de La Habana.

Dra. Berta Ferrer. En 1960. en la ciudad de Santiago de Cuba, provincia de Oriente.

Juana Figueredo Díaz. 24 de diciembre de 1961. Embarazada de seis meses, en Arroyo Blanco, provincia de Oriente.

Sara Martínez González. Edad 47. 23 de diciembre de 1996. Fortaleza de la Cabaña en la ciudad de La Habana.

Adelaida Miravén. 3 de abril de 1978. Fortaleza de la Cabaña en la Ciudad de La Habana.

Lourdes Nadal. 1971. Fortaleza de la Cabaña. Ciudad de La Habana.

Josefa San Román. 17 de mayo de 1964. En la provincia de Pinar del Río.

María Isabel Torrado. 3 de agosto de 1963. San Cristóbal en la provincia de Pinar del Río.

Este es un frío relato de cómo se ha aplicado el poder político de la tiranía castrista, contra un grupo de cubanas.

Sin embargo nunca se habla de ellas.

Estas mujeres fusiladas, no son mencionadas nunca.

No fueron ni son tratadas como personas humanas.

No entraron nunca en la farándula de las perseguidas pacifistas, pero las mataron, las fusilaron.

Hay otras que no menciono pero que están en la base de datos de www.cubaarchive.org de doña María Werlau que fueron asesinadas en cautiverio por la policía, de otras formas.

Estas cubanas que menciono en la relación, posiblemente hicieron méritos políticos reales para ganarse un fusilamiento, pero ellas no entraron en la algazara y vocerío de los pacifistas anticastristas. Estos pacifistas supuestamente anticastristas no las mencionan, no existen para ellos.

Hay un grupo de supuestas opositoras anticastristas llamadas las Ladies in White que traducido al español con mi inglés malo es Señoras que se visten con ropa blanca.

Estas Ladies o Señoras tienen un programa político que ellas aseguran es anticastrista, pero que en realidad, no le hace ninguna mella a la tiranía por sus pobres objetivos políticos.

Inicialmente lograron mucha fama, fotos, videos y un lugar estelar en la farándula política caminando y pidiendo solo que soltaran a sus esposos o hermanos.

Ya los soltaron.

Últimamente reciben golpizas y empujones, porque desean ir a rezar a una catedral.

Ir a rezar a una iglesia, no es un objetivo político que le haga ni cosquillas a los tiranos. Eso no es nada.

Se puede rezar y estar en contacto con Dios sin necesidad de ir a un templo.

Se puede tener la compañía de Dios sin poner un pie en un templo religioso.

Para estar al lado de Dios solo hay que invocarlo y rezar en cualquier lugar.

Cualquier lugar es bueno para eso.

Sin embargo ellas reciben golpes y empujones y siempre hay cámaras que filman, fotografían y reciben mucha fama, la prensa recoge todo esto.

Es toda una gran farándula política.

No señores, no me trago este cuento de las Ladies in White. Eso no es forma de hacer política adecuada para enfrentar una tiranía como la de los hermanos Castro Ruz.

Es posible que haya algunas ladies, que no tienen idea de lo que hacen y no se den cuenta de que las usan. Pero la idea total de este grupo farandulero es un fraude, un engaño.

Lo sospechoso del caso e insisto, es que siempre tienen cámaras y periodistas cubriendo la algazara.

A los Castro no les importa el desprestigio político, ellos están por encima de eso.

Los hermanos Castro Ruz, solo esperan plácidamente la muerte y después que se las arregle Cuba como pueda. Ya ellos han dilapidado, desfalcado, desviado recursos, robado oro y otros valores pertenecientes a nuestra nación, que nadie sabe dónde se encuentran.

Eso ellos, sus cómplices y descendientes, lo van a gozar solo si se lo permitimos los cubanos de fuera y de dentro de Cuba.

Eso no hay que permitirlo.

Desgraciadamente para esta farándula politiquera supuestamente anticastrista, el listado de mártires hechos por la tiranía de los hermanos Castro Ruz, se reduce a dos personas, uno: Pedro Luis Boitel de quien el teniente coronel Esteban Ventura Novo escribió en su libro Memorias que lo tuvo detenido y frente a él y no le hizo nada, no lo torturó y no lo mató. ¡Qué raro!. Muy raro ¿verdad?.

Y el otro, de Orlando Zapata Tamayo; pero de los miles más matados, torturados y desaparecidos nunca se habla nada.

El concierto de supuestos anticastristas pacifistas se divide entre quienes se acercan a Estados Unidos como es el caso de un médico que aspira al Premio Nóbel de la Paz que ha sido distinguido con la Medalla de la Libertad; medalla esta que fue creada por un presidente americano que ordenó tirar dos bombas atómicas sobre poblaciones civiles en Japón y que tiene un programa de lucha anti abortista para congraciarse con la Iglesia Católica. Me refiero a la Iglesia Católica Apostólica y Romana que es visceralmente anticubana y colonialista y que tiene un apéndice o capítulo en la isla de Cuba dirigida por el hermano Cardenal Jaime Lucas de Ortega y Alamino que es un simple peón del imperio norteamericano y de su progenitora romana. Esa Iglesia Católica cubana romana es también colonialista y anexionista a Estados Unidos.

Se atreve este aspirante al Premio Nóbel de la Paz, a plantear incluso de la posibilidad de una nueva y venidera Cuba sin fuerzas armadas. Es tanto el odio de este personaje y de quienes le dirigen, a nuestro estado-nación, que solo concibe la disolución del mismo sin que los cubanos puedan defenderlo.

Hay otro aspirante a otro Premio Nóbel de la Paz, que se acerca a nuestra anterior metrópolis, a España y a la Unión Europea. Una Unión Europea que no ha cambiado en nada en cuanto colonialista e imperialista pero que hace un lindo cuento de democracia.

Este supuesto anticastrista pacifista no hay maneras que caiga preso. En su organización hay muchos miembros, que han sido detenidos y encarcelados, pero a él no le pasa nada y en su organización eso no parece preocuparle a nadie.

En eso, este pacifista anti castrista me recuerda al Comandante Fidel Castro que ha propiciado la muerte de casi todos los verdaderos anti imperialistas y anti colonialistas a quienes se acercó o pretendió ayudar lo mismo en África como en América Latina.

Existe otra supuesta anti castrista y pacifista claro está, cuyo nombre comienza con la letra Y, que tiene acercamientos con los norteamericanos y que goza de ser una de las mujeres más influyentes del mundo.

Las blancas rubias anglosajonas de Estados Unidos la imitan, lo mismo que las africanas. Y las cubanas se arrebatan por conocer que dice y como se peina, en Cuba, ella, es una verdadera heroína muy conocida de todos los cubanos.

Al centro de la isla, en la ciudad de Santa Clara tenemos a otro camarada farandulero anticastrista , que es aspirante a suicida, pero aún no tenemos claro a quien se aproxima, si a España, Estados Unidos, el Vaticano o si es una especie de opositor diocesano, al servicio de sus dirigentes gubernamentales.

Casi está claro para mi que la Iglesia Católica anticubana romana, actuando en nombre del Vaticano lo que trata es de crear un estado teocrático en Cuba, con la población completamente idiotizada haciendo procesiones callejeras, tras una imagen de yeso.

Incluso no hay que dudar tampoco que el mismo Vaticano esté colaborando decididamente en el desbarajuste de corrupción y desajuste de la economía en la península italiana para volver a crear su perdido estado pontificio en esa península.

Si en algo se distingue el anticastrismo pacifista en Cuba es, en que no hace absolutamente nada para derrocar a los tiranos Castro Ruz.

Quienes diseñaron ese complejo de actividades faranduleras en la política, lo hicieron de manera tal que los hermanos Fidel y Raúl Castro Ruz, se mantengan en el poder hasta su deceso en esta su larga vida terrenal.

El anticastrismo es un fraude.

Es un engaño diseñado para mantener en el poder a Fidel y Raúl Castro Ruz y preparar las bases de la anexión de nuestra isla a la geografía política de Estados Unidos de América.

Continúan además, los comentarios callejeros de reuniones secretas de militares cubanos y militares norteamericanos en las cercanías de la Base Naval de Guantánamo. Nadie da información de que se trata en esas conversaciones.

Pero les aseguro que se trata de traicionar a las Fuerzas Armadas cubanas y al pueblo cubano, para que no haya resistencia a la crisis o gran provocación que se va a fabricar después que los hermanos Castro Ruz desencarnen.

En Cuba no deben dejarse arrullar los oídos con los cantos de sirenas que se deben estar haciendo para comprar la inactividad y la lealtad de los militares cubanos al imperio norteamericano.

Recuerden la catástrofe en Irak en que las tropas colonialistas ocuparon el país y la capital y no se combatió en ella, porque los generales iraquíes la entregaron.

Ese es el resultado de estar dejando reclutar a los militares y la población como dobles agentes. Al final se hace lo que el imperio colonizador le conviene.

Los imperialistas son verdaderos maestros del fraude y el engaño político.

Mi consejo es que traten de llenarse de valor los militares cubanos tanto de las Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior y liquiden a los hermanos Castro Ruz junto a todo su grupo y derroquen su régimen.

No habrá mañana para Cuba como estado-nación, ni para el pueblo cubano.

Yo estoy dispuesto a regresar a mi patria, estoy dispuesto a ser el Presidente de Cuba y a darle su justo merecido a toda esta horda de traidores que conforman a los infiltrados anexionistas castristas y a sus aliados: los supuestos opositores pacifistas que son una verdadera y real quinta columna en contra de la supervivencia de nuestro estado-nación.

Respetuosamente:

Julio Soto Angurel jusoan@hotmail.com

Cliffside Park, New Jersey. 07010. USA.

Miércoles 21 de septiembre de 2011.

Refrencia:

http://cubaarchive.org/home/index.php?option=com_content&task=view&lang=sp&id=44